viernes, 19 de septiembre de 2008

DECIRTE QUE

Once veces salte furiosa desde la ventana al suelo y no conseguí salir del sueño que me decía que sí.
Un nervio me tictoqueó la lengua y no pare de expulsar palabras sin sentido
contra una pared de labios, que dejaron loca a la vecina cuando cogía el ascensor, sentí empatía, me transmitió su miedo y aún así, no pude abrir los ojos.
La cosa no mejoró aunque cambio el escenario, fue entonces cuando me vi metida en un armario forrada de silicona, convertida en larva mimética y sellada con frutos secos o insectos fritos o cortezas rancias, poco a poco se desprende la silicona con el calor, se convierte en vino oscuro y tras años de espera se deshace la prisión...
y floto, mientras sonrío, entre mil mundos.
Parece que el viaje se vuelve tranquilo y me pierdo un rato volando, hasta que cientos de manos me arrancan la ropa e intentan cazarme, me elevo pero no es suficiente y me arañan con fuerza por todas partes al intentar atraparme,
me escuecen las manos y me transformo en esponja de metal, ahora soy yo la que araño,
y me muevo pues me salen patas y antenas que uso como red.

Joder, me siento rara y parece que comienzo a vomitar, del esfuerzo siento como si tuviera ojos y salieran lágrimas, pero solo soy un botón de plástico del uniforme de un vegetal que monta guardia dormido por si alguien quiere saltar la verja que da paso al mercadillo de cementos.
Desde aquí vigilo todo y parece tranquilo mi estado, hasta que miro hacia abajo
y noto que no nos sostiene nada y entonces me veo caer un segundo antes de ser absorbida por un tentáculo de gelatina umbilical que me mastica despacio con sus afilados dientes hasta que me consigue tragar y me deja suspendida en un olvido rosa, y así sin cuerpo, no se como salir.
Va pasando el tiempo y noto como empiezo a envejecer, comienza el espacio a endurecerse y parece que me cueste respirar...
cambia otra vez mi estado y paso despacito entre dos lunas, siento aún como tira de mi la brutal atracción del sueño alrededor del cual orbitan y despresurizo hasta que me convierto en un ser plano y unidimensional.
A estas alturas en las que solo la linealidad conforma mi existencia
no sé aún si expresarme en curva o recta, de momento solo estiro mis no-miembros y me extiendo hacia ambos lados sin limite ni fin.
Y atisbo así el principio, y siento en mi el orden y el caos recorriendo los infinitos puntos que no me forman.
No sé ni lo que existe, sólo lo que tengo entre los ¿dedos? me parece real,
y se desvanece tras tu halo.
Estoy perdida y no puedo despertar, aunque siento como sonrío...


sábado, 13 de septiembre de 2008

Un destino dispar (Lsd)

La boca me sabe extraña, aún después de comer,
es como un sabor metálico y pastoso de saliva condensada.
No sé muy bien como me siento, lo único que noto raro es el sabor denso y la pesadez de estomago, que con dos medianas tiene suficiente para colapsarse.
Bendita sabiduría.
Creo que nunca volveré.

Hace mucho calor esta noche, no paro de beber agua y sudar.
Me levanto un momento al baño, sórdida necesidad
y no me reconozco cuando encuentro mi reflejo.
Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos la última vez.
Hemos cambiado.
No me reconozco.
Afilada. Dura.

Sólo algo me cuadra,
los rayos bajo el ojo izquierdo y la cicatriz,
seguramente sobre el corazón.

Vaya, vaya,
comienza el espectáculo de luz
el bailecillo dulce que va del rosa al gris
del aún somnoliento día eclipsado.

dilatación y contracción,
pulso,
sistemas rígidos,
matemáticas,
cuadraturas de círculos sin circunferencia ni centro...

efectos ópticos exacerbados
ver
no ver
racionalizar lo que no existe fuera de ti misma
diseccionar el cerebro a golpe de sombra y sueño y miedo y asco

no soy capaz de sacar nada más de mi,
nudos que se retuercen como calambres huecos
…por los que circula mi otro yo…
nudos desgarrados, poderosos
que se retuercen, en marañas,
en calambres, en carreteras perdidas...
ningún destino

desde hace 20 años
atormentando las venas con alambre

que me marque el rostro

quizás así la próxima vez evites que tu propio padre-madre-dios
se te corra en la cara.