Hace un par de años Javi, morador de la Bata, nos ofreció la posibilidad a unas cuantas desvergonzadas de despelotarnos ante las cámaras y actuar como figurantes en una casa de vicio y perversión...
El corto se estrena, por fin, este jueves a las doce de la noche en el Cine Urgell.
Por alguna extraña causa que no alcanzo a comprender mi culo estaba en todas las escenas...en fin que si os apetece verlo en pantalla gigante estáis todxs invitadas
Yupiiiiii
martes, 25 de noviembre de 2008
jueves, 13 de noviembre de 2008
Cierran el Soho
Ohhhhh...
El Soho de Chueca, en Madrid, cierra sus puertas para convertirse en un restaurante...
Qué cuadro!!!
En fin, ni recuerdo la primera vez que pisé este garito...
Cuando Chueca no existía como tal y era un barrio de yonkis, prostis, siniestros y cucarachas con centro neurálgico en el Y´asta y el Gris, el Soho recibía el nombre de Osario.
En aquellos años, habló del 92 en adelante, sólo existían en la plaza el Blak and White, mítico garito ochentero de maricas, chaperos y cuarto oscuro,
un par de bares de bollos y el Osario, after canalla de siniestros dónde viví asombrosas fiestas, gloriosos colocones y un guarreo sin final.
La planta de arriba del Osario estaba llena de calaveras que adornaron más de una habitación y la cuevita de abajo nos albergó durante años a esas horas en que la noche es muy oscura y el ojo va muy pipa...allí aprendí que siempre hay que salir de fiesta con la gafa de sol y conocí plenamente el significado de la palabra Flipar
En aquella época ya éramos unos precarios buscavidas y siempre alguno de nosotros trabajaba de Dj, camarer@ o relacciones públicas, resultado: nunca pagábamos las copas a pesar de ponernos cieguitos y los garitos acaban quebrando, cerrando o derrumbándose...
Con los años el Osario, que cerraba sus puertas a las 7 de la mañana para volver a abrirlas a las 7´30 como after de bakalas, fue alquilado por la hermana macro bolletown de uno de los siniestrazos más buenorros y estúpidos que me echado a la cara nunca, en un bote de formol gigante quería meterlo para poder contemplarle sin tener que aguantarle, mmmhhh, compartimos tantas chicas...
El Osario cerró sus puertas para convertirse en el Soho, dio comienzo la colonización gay y el Caja Madrid de la plaza de Tribunal se convirtió en nuestro nuevo refugio de vicio y depravación...
La verdad es que estuve años sin entrar en el Soho porque me horrorizaba en lo que se había convertido, lleno de jurasiquitas bailando salsa...jjjj, el infierno,
aunque finalmente con el tiempo y tras pasar por muchas manos consiguió ser el único agujero con algo de música bailable en toda la plaza, claro que para entonces ya me había largado de la ciudad...
Hace una semanilla cerró por pura especulación, el dueño ha decidido que puede ampliar, si tira unos cuantos tabiques, y convertirlo en un restaurante,
que da muchos más beneficios que un garito de música electrónica y bollos desfasadas...
Lástima, otro que cae...
En fin, siempre quedaran los recuerdos...
con el Escoba disfrazaos de momias envueltos en papel higiénico del baño;
tropezón y de boca al suelo a los pies de la maciza de mi clase del instituto justo el día que me enteré que era bollera; vomitonas en la cabeza como muestras de amor; revolcones por el suelo; caídas por la escalera; vasos de cristal verde fosforito; sexo en las esquinas...
y mucho éxtasis lisérgico
Miedo me da lo que puedan encontrar si se ponen a tirar paredes...
jojojojojojojo
El Soho de Chueca, en Madrid, cierra sus puertas para convertirse en un restaurante...
Qué cuadro!!!
En fin, ni recuerdo la primera vez que pisé este garito...
Cuando Chueca no existía como tal y era un barrio de yonkis, prostis, siniestros y cucarachas con centro neurálgico en el Y´asta y el Gris, el Soho recibía el nombre de Osario.
En aquellos años, habló del 92 en adelante, sólo existían en la plaza el Blak and White, mítico garito ochentero de maricas, chaperos y cuarto oscuro,
un par de bares de bollos y el Osario, after canalla de siniestros dónde viví asombrosas fiestas, gloriosos colocones y un guarreo sin final.
La planta de arriba del Osario estaba llena de calaveras que adornaron más de una habitación y la cuevita de abajo nos albergó durante años a esas horas en que la noche es muy oscura y el ojo va muy pipa...allí aprendí que siempre hay que salir de fiesta con la gafa de sol y conocí plenamente el significado de la palabra Flipar
En aquella época ya éramos unos precarios buscavidas y siempre alguno de nosotros trabajaba de Dj, camarer@ o relacciones públicas, resultado: nunca pagábamos las copas a pesar de ponernos cieguitos y los garitos acaban quebrando, cerrando o derrumbándose...
Con los años el Osario, que cerraba sus puertas a las 7 de la mañana para volver a abrirlas a las 7´30 como after de bakalas, fue alquilado por la hermana macro bolletown de uno de los siniestrazos más buenorros y estúpidos que me echado a la cara nunca, en un bote de formol gigante quería meterlo para poder contemplarle sin tener que aguantarle, mmmhhh, compartimos tantas chicas...
El Osario cerró sus puertas para convertirse en el Soho, dio comienzo la colonización gay y el Caja Madrid de la plaza de Tribunal se convirtió en nuestro nuevo refugio de vicio y depravación...
La verdad es que estuve años sin entrar en el Soho porque me horrorizaba en lo que se había convertido, lleno de jurasiquitas bailando salsa...jjjj, el infierno,
aunque finalmente con el tiempo y tras pasar por muchas manos consiguió ser el único agujero con algo de música bailable en toda la plaza, claro que para entonces ya me había largado de la ciudad...
Hace una semanilla cerró por pura especulación, el dueño ha decidido que puede ampliar, si tira unos cuantos tabiques, y convertirlo en un restaurante,
que da muchos más beneficios que un garito de música electrónica y bollos desfasadas...
Lástima, otro que cae...
En fin, siempre quedaran los recuerdos...
con el Escoba disfrazaos de momias envueltos en papel higiénico del baño;
tropezón y de boca al suelo a los pies de la maciza de mi clase del instituto justo el día que me enteré que era bollera; vomitonas en la cabeza como muestras de amor; revolcones por el suelo; caídas por la escalera; vasos de cristal verde fosforito; sexo en las esquinas...
y mucho éxtasis lisérgico
Miedo me da lo que puedan encontrar si se ponen a tirar paredes...
jojojojojojojo
domingo, 9 de noviembre de 2008
19 años de libertad
El Muro de Berlín fue completado durante la fortificación de las fronteras de la RFA y otras fronteras occidentales de los países del Pacto de Varsovia.
Estaba provisto de un sistema muy completo de alambre de espino, fosos, barreras antitanque, recorridos para patrullas, torres de vigilancia y más de mil perros policía.
Las tropas fronterizas de Alemania del Este tenían órdenes de impedir por todos los medios la evasión de cualquiera que intentara cruzarlo, incluido el uso de armas de fuego. La orden de disparar a los fugitivos se interrumpía temporalmente en festividades y eventos para evitar las críticas de la prensa occidental...
Cientos de personas fueron asesinadas al tratar de cruzarlo.
El Muro de la Vergüenza cayó la noche del 9 de noviembre de 1989 gracias a las manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental y el empeño de los berlineses por recuperar su libertad, haciendo posible que el Telón de Acero que había dividido en dos al mundo pasase a formar parte del pasado.
Aquel día Schabowski anunció en una conferencia de prensa, retransmitida en directo por la televisión de Alemania Oriental, que todas las restricciones habían sido retiradas.
Decenas de miles de personas fueron inmediatamente al muro donde los guardas fronterizos abrieron los puntos de acceso permitiendo el paso. Gracias a los anuncios de radio y televisión de la RFA y Berlín Oeste miles de berlineses del Este se presentaron en los puestos de control y exigieron pasar al otro lado.
En esos momentos, ni las tropas de control de fronteras ni los funcionarios del ministerio encargados de regularlas estaban informados. Sin una orden concreta, sino bajo la presión de la gente, el punto de control de Bornholmerstrasse se abrió a las 23.00, seguido de otros puntos de paso, tanto en Berlín como en la frontera con la RFA.
Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población de Berlín Oeste. La mayoría de los bares cercanos al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí. El mismísimo Rostropovitch, que había tenido que exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían...
En la euforia de esa noche muchos berlineses occidentales escalaron el muro hacia la libertad.
Estaba provisto de un sistema muy completo de alambre de espino, fosos, barreras antitanque, recorridos para patrullas, torres de vigilancia y más de mil perros policía.
Las tropas fronterizas de Alemania del Este tenían órdenes de impedir por todos los medios la evasión de cualquiera que intentara cruzarlo, incluido el uso de armas de fuego. La orden de disparar a los fugitivos se interrumpía temporalmente en festividades y eventos para evitar las críticas de la prensa occidental...
Cientos de personas fueron asesinadas al tratar de cruzarlo.
El Muro de la Vergüenza cayó la noche del 9 de noviembre de 1989 gracias a las manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental y el empeño de los berlineses por recuperar su libertad, haciendo posible que el Telón de Acero que había dividido en dos al mundo pasase a formar parte del pasado.
Aquel día Schabowski anunció en una conferencia de prensa, retransmitida en directo por la televisión de Alemania Oriental, que todas las restricciones habían sido retiradas.
Decenas de miles de personas fueron inmediatamente al muro donde los guardas fronterizos abrieron los puntos de acceso permitiendo el paso. Gracias a los anuncios de radio y televisión de la RFA y Berlín Oeste miles de berlineses del Este se presentaron en los puestos de control y exigieron pasar al otro lado.
En esos momentos, ni las tropas de control de fronteras ni los funcionarios del ministerio encargados de regularlas estaban informados. Sin una orden concreta, sino bajo la presión de la gente, el punto de control de Bornholmerstrasse se abrió a las 23.00, seguido de otros puntos de paso, tanto en Berlín como en la frontera con la RFA.
Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población de Berlín Oeste. La mayoría de los bares cercanos al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí. El mismísimo Rostropovitch, que había tenido que exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían...
En la euforia de esa noche muchos berlineses occidentales escalaron el muro hacia la libertad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)