La boca me sabe extraña, aún después de comer,
es como un sabor metálico y pastoso de saliva condensada.
No sé muy bien como me siento, lo único que noto raro es el sabor denso y la pesadez de estomago, que con dos medianas tiene suficiente para colapsarse.
Bendita sabiduría.
Creo que nunca volveré.
Hace mucho calor esta noche, no paro de beber agua y sudar.
Me levanto un momento al baño, sórdida necesidad
y no me reconozco cuando encuentro mi reflejo.
Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos la última vez.
Hemos cambiado.
No me reconozco.
Afilada. Dura.
Sólo algo me cuadra,
los rayos bajo el ojo izquierdo y la cicatriz,
seguramente sobre el corazón.
Vaya, vaya,
comienza el espectáculo de luz
el bailecillo dulce que va del rosa al gris
del aún somnoliento día eclipsado.
dilatación y contracción,
pulso,
sistemas rígidos,
matemáticas,
cuadraturas de círculos sin circunferencia ni centro...
efectos ópticos exacerbados
ver
no ver
racionalizar lo que no existe fuera de ti misma
diseccionar el cerebro a golpe de sombra y sueño y miedo y asco
no soy capaz de sacar nada más de mi,
nudos que se retuercen como calambres huecos
…por los que circula mi otro yo…
nudos desgarrados, poderosos
que se retuercen, en marañas,
en calambres, en carreteras perdidas...
ningún destino
desde hace 20 años
atormentando las venas con alambre
que me marque el rostro
quizás así la próxima vez evites que tu propio padre-madre-dios
se te corra en la cara.
sábado, 13 de septiembre de 2008
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