lunes, 18 de mayo de 2009

SACÍR

Sacír llora porque ha perdido la fe en su poder
y la negra mano de la reina de la oscuridad lo cubre todo,
le hace daño.
Ya no amanece, la noche es eterna.
La diosa de la luz busca entre las tinieblas su fuerza pero no ve,
sus ojos están ciegos.
Sus lágrimas se congelan y estallan,
caen y forman inmensas cascadas en el cielo.
Su reino se desvanece, cientos de estrellas caen al suelo
y sus pequeñas criaturas mueren de frío.
Sacír llora porque se deshace el mundo,
porque pierde su vida y se apaga su luz.
Llora porque escucha las risas de la reina de las tinieblas
y no puede aplacarlas con su calor,
sus atronadoras carcajadas provocan oscuras tormentas
y apagan el brillo del cielo.
Sólo Menox, la hija de la luz,
puede devolver a la diosa del frío a su oculta prisión.
Menox y su dulce corazón pueden aplacar sus destructoras risas,
pero la princesa del amanecer se encuentra perdida
porque su corazón esta roto y lleno de desesperación.
Mun, su amada ninfa, yace congelada en el reino de la diosa Yacar,
junto a todos los demás habitantes,
pues todo se heló cuando el brillo de Sacír dejó de iluminar el mundo.
Quién sabe porqué perdió su luz la diosa del sol
y estalló su mundo roto en mil pedazos congelados y vacíos de vida.

Al fin, Caligo golpeó y partió su corazón
que cayó sobre su mundo en forma de lluvia.
Y el mundo se torno oscuro y desapareció...

-No existe el silencio, siempre hay un grito al cerrar los ojos-
1996



P.D- A la pelusilla que siempre me recuerda...
a las que no saben soñar...

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