jueves, 11 de febrero de 2010

Crònica Laboral

Después de estar durante muuucho tiempooo buscando trabajo sin éxito, no sólo preocupada por el tema pasta - las sesiones posando me han dado de comer- sino más bien atacada por el tema del puñetero “perfil social”- ese que ya teníamos todxs- para el cual es condición obligatoria un contrato laboral –esos maravillosos contratos basura de sueldos vergonzosos-, y tras los tres últimos meses en los que buscar trabajo se convirtió en mi empleo de becaria sin nómina, tirando currículums como una posesa en todo lo que se me pudo ocurrir, desde palomitera en el cine, dependienta desde zapaterìa a pescaderìa o chica de BcNeta hasta correctora de textos, maletera en el aeropuerto, vendedora de cosméticos, camarera de hotel, bibliotecaria o auxiliar de funeraria, conseguí cuatro entrevistas: una como tiketera en el estadio de fútbol del Barsa, y encima tenía que mandarles un sms que costaba 1’60 para concertar una cita, en fin...
otra como cajera en supermercados Día- se ve que no debí pasar el examen de sumar y restar, o quizás no debí comentarle a la del psikotécnico que curraba posando en pelotas...
otra màs en el World Trade Center, que no sabía ni lo que era, y cuando llegué allí y me vi rodeada de corbatillas trajeados e impolutos en aquella plaza con tufo a Azca y a facultad empresarial, con las puntas de mis botas despeluchadas, el falso visón negro colgado en el armario de casa de Diana y los rizos al viento, me dio un vuelco el corazón y me jodiò el madrugón en vano. Curiosa entré, ya que estaba,
y le solicité información a la recepcionista –prototipo ejemplar de la femineidad impuesta- que me envió con una sonrisa indescifrable a la cuarta planta.
Subí en un cubo de espejos con otra pepi, yo me entretuve mirándole el culo desde todos los angulos, ella, no sé que hizo. Salimos del ascensor, moqueta, luz de hospital, otra sala, otra recepcionista, seis o siete personas sentadas esperando con cara de susto, todxs muy pitipitis, hace mucho calor, vuelvo a preguntar en el mostrador de recepción, la hija que querría mi madre que fuese me pide un código que previamente me enviaron por mail y me invita a esperar. Me siento con ellos, observo un rato y aburrida saco de mi bolso/bolsa de plástico, Cuimhne-El Fuego Distante- siempre voy preparada, siempre hay que esperar.

No sabìa muy bien de que iba el curro, decía atención al cliente. Pasa un rato.
Con el cambio de temperatura se me cae el moco y no tengo ni un triste trozo de papel, sorbo y resorbo, todo en silencio, cuadrito power, y no me puedo concentrar. Hay un despacho a cada lado del mostrador de recepción, entran y salen trajes de brillantes zapatos, tacones, vestidos de disaaaain…
Escucho mi nombre, me levanto, me voy tras la corbata tras estrechar su mano, cuánta solemnidad...total, para decirme que el curro es rollo Avón pero con Iberdrola, lo llama trabajo de comercial. En dos minutos me despacha y me da cita para el día siguiente, dos horas de práctica supervisada, de 9.30 a 11.30, a ver que tal se me da. Si paso la prueba habrá una tercera entrevista. Valgamè, ni que fuera un curro en el Ministerio.

Deshago el camino andado, me entretengo mirándome la nariz en el ascensor, me despido de la barbie, salgo a la calle. Mientras me alejo de esta realidad ajena me invade una sensaciòn creciente de alegre libertad. No pienso volver ni muerta, y no porque no quiera trabajar.
Hace un día maravilloso, calentito y despejado, perfecto para sentarse a leer al sol, que una es tigre y, además de frotarse las garras cuando duerme, ronrronea feliz cuando le pica el solecito.

Pasadas un par de horas el Himno de Riego aulla en mi pecho, me esta sonando el móvil. Contesto y me quedo atónita. He sido seleccionada para trabajar como Auxiliar de Seguridad en la Fira, tengo que pasarme a firmar. Había hecho la entrevista hacia más de un mes y pensé que ya no me llamarían. Me pongo más contenta que un marrano en un charco, por fin un poco de suerte, y de Segurata... ay qué joderse lo bromista que es la vida.

Finalmente de suerte nainona, con lo contenta que estaba. El trabajo es de controladora de acceso a pie de calle en una de las torres de Plaza de España, ocho horas a la sombra, de pie, en la misma posición, con un viento que te cagas los tres primeros días, porque al cuarto empezó a llover.
Tras dos días de lluvia a ocho horas de chaparrón diario he crecido tres centímetros además de pillar un buen catarro, menos mal que existe la Seguridad Social.

En fin, todo sea por el famoso "perfil social" de presidiaria segurata,
aguanto los quince dìas, olvido este curro horrible
y me busco una beca.

5 comentarios:

villullas dijo...

Hoy he echado dos quinielas. No digo más.

Lubna Horizontal dijo...

jajajajajajaja, nena, pues lo de avon llama igual hubiera estado bien

eres tremenda...

Besitos de lunática al sol
Diana

anonimo dijo...

jajajaja pues nos tienes a tod@s acojonadas con eses risos en la puerta... ai hija, menos mal que cada dia falta menos para la llegada del sr. alzheimer

coño sur dijo...

nenaaaaaaaaa que fuerte !! segurata!

el culo desde todos los angulos... jajajjaj

un beso enorme guaaaaaaaaaaaapaaaaaa
klau

Unknown dijo...

pero bien que nos dio a morbo a todas que seas segurata