Desconocido páramo creo recorrer angosta,
requiebro afilado,
sinuosa senda viscosa y agridulce se abre paso a través de mi,
me divide,
incitándome a recorrer con una sonrisa ciega
un camino que no existe.
Someto irracional el miedo sibilino
que azorable lanza punzadas de un odio
que se enrosca en espiral sobre mi pecho
y camino despacio, herida,
hacia ningún lugar
alimentándome de un dolor miserable y hondo
que sólo me deja ver miedos ocultos en simas profundas y remotas.
Miedos que me arrastran por el suelo de los pelos,
que me agraden furiosos y poco a poco me dominan
sometiendo mi razón hasta matarla.
miércoles, 19 de marzo de 2008
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